El cirujano cordobés Javier Briceño Delgado, jefe de la
Unidad de Gestión Clínica de Cirugía General y del Aparato Digestivo y
responsable de los programas de trasplante de hígado y de páncreas del
hospital Reina Sofía desde el año 2013, trabaja muchas horas, aunque
para él nunca son demasiadas si el resultado (la mejora de las técnicas
quirúrgicas y de los trasplantes) lo merece. Su objetivo prioritario es
que los pacientes, los beneficiarios de estos avances, ganen calidad de
vida y supervivencia.
El lunes pasado este cirujano presentó un nuevo
éxito del Reina Sofía en materia de trasplantes, aunque a Briceño no le
gusta mucho la pretensión que envuelve esta palabra. Un logro conjunto
del equipo de profesionales con los que trabaja. Dicho avance consiste
en la realización del primer trasplante auxiliar de hígado infantil por
vía laparoscópica (cirugía menos invasiva). Briceño se incorporó en 1993
al equipo de trasplante hepático y de páncreas del Reina Sofía. Desde
finales de los 80 se han efectuado en el Reina Sofía más de 200
trasplantes de páncreas y cerca de 1.500 injertos de hígado,
participando este doctor en aproximadamente un tercio de esos
trasplantes hepáticos
La meritoria trayectoria de este cirujano, que
acaba de cumplir 49 años, le ha hecho merecedor recientemente del
prestigioso premio Averroes, que ha supuesto el galardón número 22 de su
carrera. Además, se siente especialmente orgulloso de haber sido
nombrado el académico de número más joven de la Real Academia de
Medicina de Sevilla.
-¿Ser buen cirujano es un don que le vino de familia?
-En mi familia no hay antecedentes sanitarios, aunque mis
dos hermanas son enfermeras. Desde pequeño me atrajo este mundo. Estudié
Medicina, me doctoré en Córdoba y luego he tenido la fortuna de
aprender de un pionero de la cirugía hepática y del trasplante en este
país como es el doctor Carlos Pera Madrazo (y, por extensión, de otros
profesionales de su equipo en mis comienzos, como Evaristo Varo,
Sebastián Rufián y Pedro López Cillero) y también de los doctores
Cristoph Broelsch y Xavier Rogiers, durante mi formación en el
extranjero en Hamburgo.
-¿Qué logros estima que ha podido aportar al Reina Sofía?
-La revolución más importante quizás se ha producido en el
ámbito del trasplante de órganos, de la cirugía hepática y oncológica,
con la introducción de técnicas de laparoscopia (que al ser menos
invasivas posibilitan que el paciente tenga una recuperación más rápida y
con menos molestias). Me siento muy orgulloso de los avances en cirugía
hepática, ya que desde que se incorporó el uso de la laparoscopia hace 3
años en este ámbito hemos conseguido que el 40% de intervenciones de
este tipo de cirugía se hagan por esta vía. Por otro lado, como jefe de
servicio he contribuido junto a mis compañeros a poner en marcha las
cirugías esofágica y oncológica peritoneal (que abarca el abordaje de
tumores colorrectales, de ovario, de la cavidad peritoneal, entre
otros), con técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas. Mi servicio
consta de siete áreas funcionales y sumándolas todas el nivel de
implantación de la cirugía laparoscópica ronda entre el 40% y el 50% y
de aquí a 5 años llegará al 70% y al 80% gracias a la formación de los
profesionales y al desarrollo tecnológico. En poco tiempo la cirugía
abierta tendrá cada vez menos usos.
-¿Y en el ámbito de los trasplantes cuáles han sido los avances?
-En este área se han dado grandes logros como el primer
trasplante de hígado compartido (split in situ) simultáneo, que consiste
en partir el hígado donado y destinarlo a dos pacientes (uno adulto y
otro infantil); el primer trasplante de donación de vivo, por el que una
abuela donó parte de su hígado a su nieto; el primer trasplante de
donante vivo hepático infantil con técnica de laparoscopia de España o
el último injerto presentado esta semana, que consiste en que una niña
de 12 años está viviendo con su hígado y parte del de su madre para
hacer frente a un trastorno metabólico poco frecuente que padece,
donación de vivo que se hizo también con cirugía mínimamente invasiva,
siendo la primera vez que se llevaba a cabo un trasplante con estas
características en Andalucía y en España. Acerca del uso de la
laparoscopia, es importante destacar que el Reina Sofía es referente en
el uso de esta técnica en Europa, junto a otros seis hospitales del
continente, entre los que no se encuentran centros de grandes potencias
como el Reino Unido o Alemania.
-¿Las investigaciones en las que participa parte se centran en la necesidad de conseguir más donantes válidos para trasplante?
-Sí. Actualmente soy responsable de siete líneas de
investigación. La primera, en colaboración con la Universidad de
Córdoba, es sobre el uso de la inteligencia artificial en la asignación
de donante-receptor en trasplante hepático. La segunda aborda métodos de
ampliación de los candidatos a donante hepático. la tercera se centra
en la oxigenación de la vía biliar en donantes hepáticos. La cuarta
estudia la función renal precoz postrasplante hepático. La quinta
analiza la aplicación de máquinas de perfusión en hipotermia,
normotermia y subnormotermia, para poder recuperar hígados descartados
para trasplante e hígados obtenidos mediante donación en asistolia. Y
los otros dos proyectos de investigación estudian la aplicación de la
cirugía oncológica peritoneal en cáncer de colon y recto localmente
avanzados y el estudio de la ergonomía y fatiga en laparoscopia
abdominal.
-¿Se conseguirá fabricar algún día hígados artificiales?
-En los congresos vamos conociendo que algunos equipos de
investigación, a partir de matrices celulares, han logrado reconstruir
hígados de animales pequeños. El hígado es un órgano que pesa kilo y
medio y cuesta más regenerarlo, pero se están produciendo avances
espectaculares.
-¿Le resulta posible acordarse de tantos pacientes como atiende?
-Hay pacientes que para mí y mis compañeros cirujanos son
inolvidables porque se han beneficiado de cirugías extremadamente
complejas o porque tenían pocas expectativas de vida. Y también se da el
caso de enfermos que llevan más tiempo siendo asistidos en el hospital
que lo que uno mismo lleva trabajando aquí.
-Es también profesor de la Facultad de Medicina. ¿Qué cantera de cirujanos existe en este centro?
-Buena, aunque el 90% de los alumnos que estudian Medicina
no tienen interés en la Cirugía. Se trata de una especialidad muy
exigente y dura, mucho más vocacional que la Medicina en sí.
-¿Qué beneficios está aportando la existencia del Imibic a la investigación biomédica cordobesa?
-El Imibic ha supuesto un antes y un después en la
investigación biomédica. La investigación que se hacía antes la
efectuaban grupos independientes que no interactuaban entre sí. El
Imibic, que además acaba de revalidar su acreditación por parte del
Instituto de Salud Carlos III, está permitiendo, además de contar con
unas infraestructuras adecuadas destinadas a la investigación, que los
equipos puedan interactuar, ya que los proyectos no tienen por qué
encasillarse solo en un área. En nuestro caso tenemos relaciones con
otros grupos como Computación Numérica, Oncología, Digestivo o
Enfermedades Inflamatorias Crónicas.
-¿Qué lugar estima que ocupa el Reina Sofía en el ámbito de la Cirugía General y Digestiva?
-El Reina Sofía siempre ha tenido y continúa teniendo mucho
prestigio. Las unidades de Cirugía Hepática y Oncológica Peritoneal, así
como la de trasplantes de hígado y páncreas, gozan de una reputación
muy importante fuera. Mantenemos buenas relaciones con hospitales de
Francia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos. Organizamos congresos
internacionales y recibimos las aportaciones de ponentes nacionales y
extranjeros. En la actualidad estamos participando en cuatro ensayos
clínicos multicéntricos europeos.
-¿Los cordobeses pueden estar tranquilos de que cuentan con
medios técnicos y humanos suficientes en el Reina Sofía o se han perdido
algunos por la crisis?
-En el Reina Sofía se han logrado hitos quirúrgicos en plena
crisis. Hemos implantado la donación de vivo hepática por cirugía
laparoscópica y otros avances gracias a que no hemos perdido la ilusión
en nuestro trabajo.
-La Universidad de Córdoba, junto al Reina Sofía y el Imibic
lograron impulsar un prototipo de robot quirúrgico (Broca). ¿Se ha
producido algún avance sobre su futura comercialización?
-Estamos en fase de captación de fondos para seguir adelante
con el proyecto. Introducir robots en la cirugía va a ser cada vez más
habitual. Como el robot quirúrgico Da Vinci, que actualmente se utiliza
en dos hospitales andaluces de Sevilla y Málaga, ya no tiene la patente y
pronto van a incorporarse patentes procedentes del este asiático, se
supone que esto provocará una bajada de precios. Actualmente, el robot
en cirugía digestiva no es efectivo por su elevado coste. Sería más
oportuno y más barato contar con quirófanos inteligentes de cirugía
laparoscopica avanzada. En el Reina Sofía, para aplicar con efectividad
la cirugía robótica, deberíamos contar al menos con 4 robots o en su
defecto con brazos robóticos suficientes, que son mucho más cómodos y
transportables.
-La obesidad crece. ¿Esto está causando un aumento en la
lista de espera en el Reina Sofía para ser intervenido de cirugía
bariátrica (que corrige la obesidad)?
-Estamos viviendo una auténtica epidemia de obesidad y del
síndrome metabólico. Se calcula que de aquí al año 2020 el 30% de la
población de los países desarrollados va a sufrir síndrome metabólico y
que cada vez va a haber más obesos mórbidos. En los últimos 5 años hemos
triplicado el número de operaciones de cirugía bariátrica realizadas,
pero a la vez los candidatos a operarse se han multiplicado por 10. Por
eso, la lista de espera sigue siendo elevada. En Estados Unidos la
tercera causa que motiva el trasplante hepático es la grasa acumulada en
el hígado. Teniendo en cuenta que muchos de los negativos hábitos de
este país luego se trasladan a España, debe ser motivo de preocupación.
-¿Y usted cuándo duerme?
-Dirijo un servicio complejo, en el que trabajan cerca de
200 profesionales que realizan su trabajo diariamente en 8 o 9
quirófanos repartidos en varios de los edificios que integran el
hospital Reina Sofía. Rara es la jornada en la que no surge una
necesidad humana o técnica que resolver, además de los trasplantes que
atendemos. A pesar del trabajo trato de pasar el mayor tiempo posible
con mi mujer y mis dos hijas.
FUENTE: Diario de Córdoba
ENLACE:http://www.diariocordoba.com/noticias/cordobalocal/en-reina-sofia-han-logrado-hitos- quirurgicos-plena-crisis_1124540.html